Esta fruta es alta en fibra, presenta bajos niveles de sodio y destaca por sus propiedades antioxidantes. En Alemania científicos encontraron nuevas alternativas de consumo de esta fruta, recomendándola especialmente para verano gracias al antioxidante llamado licopeno, que protege al cuerpo de los peligrosos rayos ultravioleta.
En general, a todos nos gusta comer tomate se digiere en ensaladas, sándwich y completos. Además, está fruta tiene muchas propiedades por ejemplo tiene vitaminas, en especial la A y la C también posee minerales como el fósforo, calcio, magnesio y potasio.
El tomate mantiene una tradición que es invaluable los primeros en tener un acercamiento con esta fruta fueron los aztecas y lo conocían como xīctomatl, “fruto con ombligo”. Se desconoce su domesticación, pero hay algunos historiadores que aseguran que el tomate se empezó a comer 500 años antes de Cristo ya se cultivaba en el sur de México.
Hay evidencias de arqueólogos que indican que el tomate verde, que es una fruta del mismo color y es ácida era usado como alimento en épocas prehispánicas. Del mismo, se piensa que el tomate era cultivado por los pueblos originarios, luego de la llegada de los españoles está fruta fue cultivada por otros países de Latinoamérica y era consumida más que el tomate verde por su tono de color rojo y tenía mayor tiempo de vida.
Los historiadores indican que dentro de las creencias que mantenía el pueblo, las personas que eran observadores de la ingestión de semillas de tomate eran bendecidos con poderes adivinatorios.
Una de las características del tomate es grande y muy grumosa, se dice que es una mutación de una fruta más lisa y más pequeña, se sembró en varios países de Latinoamérica.
Estudio
Está fruta es alta en fibra, presenta bajos niveles de sodio y destaca por sus propiedades antioxidantes. En Alemania científicos encontraron nuevas alternativas de consumo de esta fruta, recomendándola especialmente para verano gracias al antioxidante llamado licopeno, que protege al cuerpo de los peligrosos rayos ultravioleta.
Una persona que digiere mucho tomate mantiene alejadas las arrugas e incluso al cáncer de piel, en este sentido los especialistas han determinado que: “Hay evidencia creciente de que una intervención en la dieta puede proteger la piel humana contra los perjudiciales efectos causados por la radiación solar ultravioleta”, afirmó Jean Krutmann, profesor del Instituto de Investigación de Medicina Ambiental Leibniz en Dusseldorf.
Dentro de la investigación los científicos descubrieron los altos niveles de luteína -pigmento que les da el color que tienen los tomates, de la misma manera ayuda a la protección de la piel sobre el daño solar, la luteína se puede encontrar en abundancia en otro tipo de verduras como son las espinacas.
Tras el estudio los investigadores alemanes realizaron diferentes procedimientos como el de comparar la piel en 65 personas de las cuales se dividieron en dos grupos. En el primero se tomó un suplemento llamado CNT (complejo nutritivo del tomate) o un placebo. En el segundo procedimiento se utilizó luteína.
Durante 12 semanas los científicos alemanes observaron los cambios de la piel de los participantes que tuvo dos tipos de luz ultravioleta, UVA1 y UVA/B en un proceso que es denominado irradiación. Luego 24 horas más tarde se realizaron las biopsias.
Al concluir el procedimiento los exámenes arrojaron que los pacientes que no recibieron licopeno o luteína, aumentaron la expresión de ciertos “genes indicadores” que tienen gran relación con las arrugas y la inflamación en la piel, dos causas peligrosas del daño solar.
Luego de los resultados los científicos recomendaron a sus pacientes no reemplazar el protector solar por el consumo de tomates, del mismo modo, aconsejan incluir el tomate en la dieta e incluso que utilicen suplementos nutricionales ricos en licopeno y luteína para proteger a la piel del daño solar.
