El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció la decisión de retirar a Cuba de la lista de países que promueven el terrorismo, en un movimiento que busca mejorar las relaciones diplomáticas entre ambos países tras años de tensiones. Esta medida, oficializada el lunes 14 de enero de 2025, marca un cambio significativo respecto a las políticas de la administración Trump, que en 2021 incluyó nuevamente a la isla en dicha lista, revirtiendo avances logrados durante la administración Obama.
Un paso hacia la normalización de relaciones
La exclusión de Cuba de esta lista negra fue justificada por la administración Biden como parte de un esfuerzo por «revaluar las relaciones bilaterales en función de la realidad actual». En un comunicado, el Departamento de Estado afirmó que la decisión se tomó tras una revisión exhaustiva, concluyendo que no existen pruebas suficientes que respalden la acusación de que Cuba promueve el terrorismo a nivel internacional.
Con esta medida, Cuba deja de estar sujeta a sanciones adicionales que afectan su acceso al sistema financiero internacional y limitan las relaciones económicas con otros países. Esto podría significar un impulso para la economía de la isla, que ha enfrentado graves crisis en los últimos años, exacerbadas por el embargo estadounidense y las restricciones impuestas tras su inclusión en la lista.
Antecedentes y repercusiones
Cuba había sido retirada de la lista en 2015 durante la administración de Barack Obama, como parte del proceso de restablecimiento de relaciones diplomáticas entre ambos países. Sin embargo, en 2021, el expresidente Donald Trump revirtió esta decisión, argumentando que el gobierno cubano brindaba apoyo a organizaciones consideradas terroristas, como el Ejército de Liberación Nacional (ELN) de Colombia y grupos insurgentes en Venezuela.
El gobierno cubano celebró la decisión de Biden como «un paso en la dirección correcta», señalando que su inclusión en la lista era «injustificada» y una herramienta política utilizada para justificar sanciones económicas. Por otro lado, sectores del exilio cubano en Miami y políticos republicanos criticaron la medida, calificándola como una concesión injustificada a un régimen que, según ellos, continúa violando los derechos humanos y reprimiendo a la oposición.
Un posible reinicio diplomático
Este cambio podría abrir la puerta para nuevas negociaciones entre Washington y La Habana, incluyendo conversaciones sobre la flexibilización del embargo económico y el restablecimiento de programas como el envío de remesas y los intercambios culturales. No obstante, cualquier avance significativo dependerá de factores políticos internos en ambos países.
En Estados Unidos, la decisión de Biden enfrenta resistencia de sectores conservadores, mientras que en Cuba, las expectativas se centran en que esta medida no sea un gesto aislado, sino el inicio de un proceso más amplio para aliviar las tensiones y fomentar el desarrollo económico en la isla.
El retiro de Cuba de la lista de países que promueven el terrorismo representa un giro importante en la política exterior de Estados Unidos hacia la isla, pero su verdadero impacto dependerá de los pasos concretos que sigan en los próximos meses. Para muchos, este es un momento clave en la compleja historia de las relaciones entre ambos países.