Una encuestada realizada por Defontana revela que un abrumador 80% de las empresas cree firmemente que la eficiencia basada en datos será esencial para su competitividad en el año 2026. Sin embargo, a pesar de este optimismo, el estudio subraya que el principal obstáculo para alcanzar esta eficiencia radica en las limitaciones presupuestarias. En un contexto donde la presión de costos y la competencia son cada vez más intensas, el desafío no consiste únicamente en innovar, sino en maximizar el rendimiento de los recursos ya disponibles. De acuerdo con este análisis, las empresas chilenas están adoptando la consigna de operar con los mismos recursos pero con mayor efectividad, marcando un cambio significativo en sus prioridades estratégicas.
El estudio indica que un 73% de las empresas participantes identifica la optimización de procesos y la reducción de costos como el enfoque principal para el próximo año. Este interés por mejorar la eficiencia se ve respaldado por números contundentes: un 80,2% coincide en que la eficiencia operativa será un factor decisivo para mantener su posición en el mercado. Sin embargo, el contexto presupuestario sigue siendo un freno significativo, ya que el 58,6% afirma que las limitaciones financieras son un gran obstáculo para llevar a cabo sus planes de mejora.
Uno de los hallazgos más sorprendentes de la encuesta es la percepción sobre la inteligencia artificial (IA), donde menos de un tercio de los encuestados (35,8%) considera que será una prioridad estratégica en 2026, mientras que un 40,9% se opone a esa declaración. Este desencuentro evidencia un enfoque más pragmático por parte de los empresarios, quienes priorizan la organización interna y el retorno claro sobre inversión antes de sumarse a la efervescencia mediática en torno a tecnologías emergentes como la IA. Este fenómeno se vuelve más evidente en empresas de tamaño mediano, donde la atención se centra más en la contención de costos que en la adopción de nuevas soluciones.
La digitalización continúa siendo un área de interés para el empresariado chileno, con un 69,4% de las empresas planeando invertir en automatización y digitalización en 2026. Sin embargo, la brecha entre la intención y la capacidad de ejecución es preocupante, ya que un 39,7% reconoce enfrentar dificultades tecnológicas en esta materia. Diego González, CEO de Defontana, señala que la transformación digital se ha convertido de una promesa a un desafío operativo tangible, destacando que muchas empresas carecen de los recursos necesarios para implementar adecuadamente sus planes.
Finalmente, el estudio también pone de relieve una discrepancia en áreas como la sostenibilidad y la gestión de talento. Aunque más del 54% de las empresas sostiene que la sostenibilidad y el compromiso social son fundamentales para su futuro, solo un 16% las considera una prioridad estratégica. Asimismo, a pesar de que el 65% valora la importancia del bienestar de sus empleados, el 27% denuncia la falta de talento especializado y el 36% menciona la resistencia cultural como un obstáculo. La media de preparación de las empresas para el 2026 se sitúa en 7,8 sobre 10, pero un 25% se siente rezagado. Todo apunta hacia un empresariado más consciente y enfocado en generar impactos reales, donde la eficiencia se convierte en el principal meta.





