La industria portuaria se erige como un pilar fundamental en la economía chilena, siendo el motor que impulsa gran parte del comercio exterior del país. Desde los muelles del norte hasta los del sur, se realizan operaciones críticas que no solo facilitan el intercambio comercial, sino que también sostienen miles de empleos directos e indirectos. Es en este contexto que cada movimiento de carga, cada decisión operacional, se convierte en un elemento clave para mantener la competitividad nacional en un mercado global en constante evolución.
Detrás de la infraestructura robusta y la tecnología avanzada que define al sector portuario, se encuentra un elemento esencial: el factor humano. Carolina García-Huidobro, gerente técnica de MG Certifica, destaca que la certificación de competencias laborales juega un papel pionero en la mejora continua del talento en esta industria. Este proceso no debe ser visto como una mera formalidad, sino como un componente estratégico que permite descubrir, potenciar y proyectar las habilidades de los trabajadores dentro del rubro, convirtiéndose en una inversión formativa vital.
La certificación de competencias va más allá del desarrollo profesional individual; también tiene un impacto directo en la seguridad operacional de las faenas portuarias. En un entorno donde cada acción cuenta y la eficiencia es primordial, contar con personal certificado se traduce en una reducción de riesgos y un aumento en la productividad. Según García-Huidobro, en este contexto, abogar por la certificación no es un lujo, sino una necesidad ineludible que garantiza un trabajo más seguro y eficaz.
Evaluar competencias laborales es un proceso que permite a las empresas diagnosticar adecuadamente las brechas de habilidades y planificar capacitaciones pertinentes. Este enfoque estratégico ayuda no solo a validar la experiencia acumulada, sino a trazar rutas de desarrollo profesional alineadas con las exigencias específicas del sector portuario. La metodología impartida por empresas como MG Certifica, junto a sistemas de evaluación formales como los de ChileValora, proporciona un marco claro y objetivo en el que tanto trabajadores como empleadores pueden orientarse para alcanzar sus metas.
Sin embargo, el verdadero reto que enfrenta la industria portuaria radica en la cultura organizacional. A pesar de la disponibilidad de recursos y la cobertura nacional para llevar a cabo procesos de certificación, muchas empresas aún no integran esta práctica como un eje central en su gestión de personas. Es imperativo que las organizaciones reconozcan la importancia de no solo capacitar, sino también evaluar y validar competencias de manera integral, requiriendo de un compromiso directo de liderazgo y una planificación estratégica que considere esto como parte fundamental del desarrollo del capital humano. La certificación no es solo un reconocimiento, sino una inversión hacia la sostenibilidad y la seguridad de esta industria clave para Chile.