El análisis del portal D-Comex ha puesto en evidencia la creciente tendencia hacia la importación de montacargas tradicionales a gasolina o diésel por parte de los países que integran la Alianza del Pacífico desde el año 2024. Según los datos, México lidera esta preferencia con una inversión de más de 500 millones de dólares en la compra de montacargas a gasolina, en comparación con los apenas 210 millones destinados a su alternativa eléctrica. Esta diferencia de inversión, que alcanza un notable 140%, se refleja también en otros países de la región como Chile, Costa Rica y Perú, donde las cifras son igualmente favorables para los montacargas tradicionales.
Contrastando con la tendencia observada en la mayoría de los países de la Alianza, Colombia se destaca por una política contraria, invirtiendo más en la importación de montacargas eléctricos. En el último año, el país sudamericano destinó 48 millones de dólares a estos montacargas ecológicos, frente a 30 millones dedicados a los modelos a gasolina, lo que representa una diferencia del 38%. Esta particularidad no solo señala un camino profundo hacia prácticas más sostenibles, sino que también plantea interrogantes sobre la dirección futura de la Alaianza del Pacífico en la adopción de tecnologías limpias.
Las ventajas y desventajas de los montacargas eléctricos y a gasolina son claras y se reflejan en su uso práctico. Los montacargas eléctricos son ideales para espacios cerrados como bodegas, donde su funcionamiento libre de emisiones y menor ruido son cruciales para la salud de los trabajadores. Por el contrario, los montacargas a gasolina son preferidos en exteriores por su capacidad de trabajar en terrenos irregulares y por su mayor potencia. Además, la simplicidad de recarga en montacargas a gasolina, que solo requieren el llenado del tanque, los hace más prácticos para ciertos tipos de operaciones.
A pesar de la clara ventaja de los montacargas eléctricos en cuanto a sostenibilidad, la inversión inicial necesaria y el tiempo de carga requerido pueden disuadir a las empresas de optar por ellos. En manos de un equipo debidamente entrenado y con la infraestructura necesaria para facilitar la recarga de baterías, los montacargas eléctricos pueden ser una opción más eficiente a largo plazo. Sin embargo, la flexibilidad que ofrecen los montacargas a gasolina para operaciones ad-hoc sigue siendo un factor determinante para muchas empresas en el presente.
Una tendencia que podría cambiar esta dinámica en el futuro es la creciente prioridad que muchas corporaciones le están dando a las prácticas sostenibles. Con el apoyo de cambios legislativos que favorecen tecnologías más limpias y el compromiso global por reducir las emisiones, es probable que los montacargas eléctricos ganen terreno. A nivel mundial, China, como principal exportador de montacargas, mostró ingresos más altos por las exportaciones de montacargas eléctricos en el último año, sugiriendo que esa podría ser una vía lucrativa y responsable para el futuro del sector en la región de la Alianza del Pacífico.