La Fundación de Orquestas Juveniles e Infantiles de Chile (FOJI) ha cerrado el 2025 con un notable éxito en su área psicosocial, con un total de 32 intervenciones de música docta dirigidas a pacientes, familiares y funcionarios de diversas instituciones de salud en el país. Esta labor se enmarca dentro del firme compromiso de la Fundación con el desarrollo integral de niños, niñas y jóvenes, propagando valores fundamentales como el respeto, la empatía y el compromiso social a través de su Programa de Músicos Solidarios. En este programa, los músicos beneficiarios de FOJI se presentaron en distintos recintos de salud y organizaciones sociales, brindando apoyo a quienes enfrentan situaciones de vulnerabilidad o condiciones de salud delicadas.
Durante el año, las intervenciones musicales se llevaron a cabo en importantes instituciones de salud, incluyendo la Clínica Santa María, el Hospital San Juan de Dios, y el Instituto de Neurocirugía Dr. Alfonso Asenjo, entre otros. De las 32 actividades organizadas, 26 se realizaron en la Región Metropolitana, con las seis restantes distribuidas en las regiones de Los Lagos, Los Ríos, Biobío, Antofagasta y Valparaíso. Un total de 66 jóvenes becados se sumaron de manera voluntaria a estas acciones solidarias, lo que refleja el creciente interés y compromiso de la comunidad juvenil con la misión de FOJI.
Constanza Bustos, coordinadora del Programa de Músicos Solidarios, se mostró satisfecha con el impacto de las iniciativas realizadas durante 2025. «Fue un año con muchas actividades. Tuvimos más inscritos que en años anteriores y muchos se fueron sumando en el camino», declaró. Bustos también destacó que este fue el primer año que los integrantes de las Escuelas de Orquestas y Orquestas Sinfónicas Juveniles Regionales se integraron al programa, lo que significó un avance significativo en la inclusión y participación de más jóvenes en acciones solidarias.
Marcela Celis, jefa del área psicosocial de FOJI, subrayó la importancia de estas intervenciones desde dos perspectivas. Por un lado, permiten que niños que no han tenido contacto con instrumentos musicales, como el violín o el cello, puedan ser inspirados y considerar aprender a tocar uno. Por otro lado, los jóvenes músicos enfrentan el desafío de tocar ante distintos públicos, contribuyendo al crecimiento personal y musical de los participantes. «Es una experiencia enriquecedora tanto para los que reciben como para los que ofrecen la música», afirmó Celis.
Asimismo, Pablo Aranda, compositor y director ejecutivo de FOJI, agradeció el compromiso demostrado por los participantes y resaltó el impacto de un simple gesto musical en la vida de quienes atraviesan momentos difíciles. Este año, FOJI también estableció colaboraciones con la Fundación CreSeres, buscando promover el desarrollo integral de niños y familias. Mirando hacia el futuro, Constanza Bustos anunció que en 2026 se espera profundizar esta colaboración y seguir ampliando el alcance del Programa de Músicos Solidarios, con la expectativa de incorporar a más jóvenes en esta valiosa iniciativa.




