La situación actual de la aerolínea LATAM se ha vuelto cada vez más tensa, tras la negativa de la gerencia a restituir los derechos laborales de sus pilotos, los cuales aún no han recuperado las condiciones que poseían antes de la pandemia de 2020. A pesar de que la compañía ha conseguido beneficios impresionantes, alcanzando $1,500 millones en ganancias en tan solo 18 meses, los pilotos permanecen a la espera de que se les devuelvan sus derechos previos a la crisis. A esta problemática se suma el hecho de que LATAM, considerada una de las aerolíneas más grandes del mundo, se encuentre atravesando un periodo de prosperidad financiera y operacional, lo que contrasta cada vez más con la situación de sus trabajadores y pone en evidencia la falta de voluntad de la dirección para atender sus demandas.
El conflicto se intensificó cuando el Sindicato de Pilotos de LATAM (SPL) rechazó recientemente la última oferta de la compañía, con un contundente 97% de los votos en contra. Este rechazo es una señal clara de la frustración y descontento que reina entre los pilotos, quienes habían aceptado reducciones significativas de sueldo durante la pandemia con la esperanza de que, una vez estabilizada la empresa, se restituirían sus derechos laborales. Sin embargo, la gerencia ha mostrado una falta de disposición para llegar a un acuerdo justo, llevando a los pilotos a solicitar un proceso de mediación como último recurso antes de iniciar una huelga, la cual podría tener serias repercusiones en la operación de la aerolínea.
La dirección de LATAM, encabezada por Ignacio Cueto, ha sido criticada por su inflexibilidad y por no reconocer el esfuerzo y sacrificio de sus trabajadores. Durante un año, los pilotos han trabajado en un proyecto de contrato colectivo con el objetivo de recuperar sus condiciones laborales. Sin embargo, la administración ha desestimado sus solicitudes en repetidas ocasiones, lo que ha llevado a un agravamiento de la tensión laboral. La situación ha alcanzado un punto crítico, donde la posibilidad de una huelga parece inminente, lo que podría afectar negativamente a los pasajeros, la reputación de la compañía y a los fondos de pensiones de los chilenos, que son grandes inversionistas en la aerolínea.
Mario Troncoso, presidente del SPL, ha expresado su preocupación sobre las acciones de la compañía, argumentando que el costo de restituir los derechos de sus pilotos sería prácticamente insignificante en comparación con las ganancias obtenidas. Durante las negociaciones, Troncoso ha señalado que la gerencia ha optado por un enfoque que castiga a sus trabajadores en lugar de buscar soluciones colaborativas. Este clima de desconfianza ha llevado a los pilotos a sentirse cada vez más marginados y desmotivados, lo que podría repercutir negativamente en la seguridad y operativa de la aerolínea, un factor crítico en la aviación.
A medida que se acerca la fecha crítica para la mediación, el futuro de LATAM y sus pilotos pende de un hilo. Con la alta probabilidad de que la huelga se materialice, los pilotos esperan que la gerencia reconozca la importancia de mantener un diálogo abierto y constructivo para evitar un conflicto laboral mayor. La situación no solo refleja un desencuentro entre las necesidades de los trabajadores y las prácticas empresariales, sino que también plantea interrogantes sobre los valores corporativos de LATAM en tiempos de éxito financiero. El reto será encontrar un camino que contemple los derechos laborales sin perjudicar la viabilidad operativa de la aerolínea.
				




