Actualmente, Chile se posiciona como un actor clave en el desarrollo de proyectos de hidrógeno verde, con 75 iniciativas en curso según la Asociación Chilena del Hidrógeno. La nación suramericana ha establecido un ambicioso objetivo: convertirse en uno de los principales exportadores mundiales de hidrógeno verde para el año 2040. Este esfuerzo forma parte de una estrategia más amplia que busca enfrentar los retos de la transición energética y los desafíos climáticos, consolidando al hidrógeno verde (H2V) como un elemento fundamental para un futuro energético más limpio y sostenible.
El hidrógeno verde es generado a través de un proceso de electrólisis del agua, utilizando electricidad proveniente de fuentes renovables, lo cual le otorga un potencial disruptivo en sectores como la industria pesada y el transporte de larga distancia. Víctor Paredes, Director de End User y Power System en Schneider Electric, enfatiza que esta fuente de energía no solo puede descarbonizar industrias difíciles, sino que también sirve como un mecanismo eficaz para almacenar energías renovables intermitentes, situando al H2V como uno de los vectores energéticos del futuro.
Con el compromiso de producir el hidrógeno más barato del mundo hacia 2030, Chile planea alcanzar una capacidad de electrolizadores de 5 GW para 2025, expandiéndose a 25 GW para 2030. Según estimaciones del Banco Mundial y Reuters, el costo de producción podría situarse entre US$0,8 y US$1,1 por kilogramo, haciéndolo competitivo a nivel global. Esta viabilidad económica está respaldada por el alto potencial de irradiación solar y viento en el país, que permiten un costo nivelado de energía (LCOE) de aproximadamente USD 35 por MWh, posicionando a Chile como un lugar ideal para la producción de hidrógeno verde.
El Plan de Acción de Hidrógeno Verde 2023-2030 del Ministerio de Energía es una de las políticas públicas que busca apoyar la descarbonización de las industrias, en un contexto donde la Región de Antofagasta lidera el desarrollo de proyectos de H2V con 26 iniciativas. Le siguen la Región de Magallanes y la Antártica Chilena, con 21 proyectos. Este crecimiento en el sector de energías renovables no convencionales enfrenta desafíos como la intermitencia de las fuentes solares y eólicas, lo que demanda una red eléctrica más flexible y robusta.
A medida que el mundo avanza hacia economías descarbonizadas, la demanda de hidrógeno verde se incrementa. Víctor Paredes subraya que este ascenso representa una ruta prometedora hacia la descarbonización profunda y resalta que Chile, gracias a su riqueza natural y su firme compromiso con la transición energética, no solo puede liderar esta transformación, sino también ofrecer producción de hidrógeno asequible a nivel global. Sin duda, el futuro del hidrógeno verde en Chile pinta un panorama de grandes oportunidades y potenciales impactos en la lucha contra el cambio climático.





