Jorge Durán, el polémico diputado de Renovación Nacional, ha estado en el centro de una tormenta mediática tras ser denunciado por maltrato, acoso sexual y violación por una ex pareja. Desde su entrada al ámbito político en 2008 como concejal de Cerro Navia, Durán ha sido descrito como un personaje díscolo y misterioso, cuya trayectoria se ha visto marcada por la controversia y la ausencia en las decisiones clave dentro de su partido. A pesar de su éxito electoral, donde logró un 24,99% de los votos en 2017, su falta de participación activa en el concejo municipal y su comportamiento errático como diputado han dejado muchas interrogantes sobre su compromiso con la política y su distrito.
Nacido en una familia humilde en el sector poniente de Santiago, Durán se ha presentado como un hombre de esfuerzo y trabajo. Sin embargo, sus años como concejal fueron criticados por su escasa participación en los concejos, donde se le recuerda como un individuo que apenas contribuía y se mantenía en un segundo plano. La transición a su rol de diputado no ha cambiado mucho la percepción de sus colegas, quienes lo ven como un individuo alejado de la bancada y más alineado con sus propias opiniones, a pesar de ser considerado un protegido de figuras como Mario Desbordes.
El estilo político de Durán se ha caracterizado por su inclinación a generar polémica. Sus propuestas, a menudo vistas como fuera de lugar o sin sentido, han generado descontento entre sus pares en el partido. Desde su rechazo a las decisiones de la bancada hasta sus recurrentes ausencias, como la falta de participación en el test de drogas exigido por la Cámara, Durán ha sabido mantenerse en el ojo del huracán. Su oposición a las decisiones de su partido, como su apoyo a los retiros de fondos de pensiones, ha sido un motivo constante de fricciones.
Más allá de su carrera política, Durán se ha autodefinido como un emprendedor exitoso, habiendo sido dueño de varios negocios, incluyendo el popular club nocturno Costa Mundano. A pesar de su trayectoria en la política, ha continuado expandiendo su imperio empresarial, que incluye una red de lavado de autos y otros locales comerciales en la región. Su enfoque en la promoción del emprendimiento y la crítica a la burocracia estatal reflejan una faceta de Durán que busca conectar su vida personal con su labor pública, aunque esta conexión ha sido puesta en duda por sus recientes controversias.
La situación actual de Jorge Durán es un reflejo de las tensiones que existen en la política chilena, donde el escándalo, la corrupción y la falta de transparencia han llevado a una crisis de confianza en los representantes públicos. A medida que avanza la investigación judicial en su contra, la atención se centra en cómo su partido, Renovación Nacional, manejará esta situación y qué impacto tendrá en el futuro político de Durán. La suspensión de su militancia es solo el comienzo de lo que podría ser un desenlace dramático para un político que ha navegado en aguas turbulentas desde sus inicios.