Condenan a miembros de “Los Espartanos” por abastecer de drogas a los “narcozorrones” en Las Condes
El Cuarto Tribunal Oral en lo Penal de Santiago sentenció a 7 años de prisión a dos integrantes de la organización criminal transnacional colombiana “Los Espartanos”, acusados de ser los principales proveedores de droga para microtraficantes de sectores acomodados de la zona oriente de Santiago. Este caso arroja luz sobre la conexión entre el crimen organizado internacional y el fenómeno local de los llamados “narcozorrones”, jóvenes de origen socioeconómico alto que trafican drogas en pequeñas cantidades.
“Narcozorrones”: el microtráfico en sectores privilegiados
El término “narcozorrones” fue acuñado en un estudio académico del Instituto Milenio para la Investigación en Violencia y Democracia (VioDemos), liderado por Renata Boado, Juan Pablo Luna y Nicolás Unwin. Según el informe, estos jóvenes de familias acomodadas justifican su incursión en el microtráfico con motivaciones que van desde generar ingresos para emprendimientos hasta financiar sus gustos personales, como entradas a conciertos o artículos de lujo.
Uno de los entrevistados en el estudio describió su experiencia de la siguiente manera:
“La plata que ganaba me la echaba en otras hueás, ¿cachai? Me compraba entradas para conciertos, recitales, me compraba mis cosas (…) Y otra hueá que me ha pasa’o harto con hartos hueones, es para creerse choro nomás y se sienten bacán por vender y la hueá”.
Aunque su entorno suele estar alejado de la violencia asociada al narcotráfico, el estudio destaca que detrás de las drogas que distribuyen estos jóvenes operan poderosas organizaciones criminales, como “Los Espartanos”, cuyo historial delictivo incluye asesinatos y otras actividades violentas tanto en Chile como en Colombia.
Los Espartanos: del puerto de Buenaventura a Chile
“Los Espartanos” son una facción surgida de la desarticulación del grupo colombiano “La Local”, originario del puerto de Buenaventura, un importante enclave para el tráfico de drogas. Tras su división, surgieron dos bandas rivales: “Los Shottas” y “Los Espartanos”, que mantienen una violenta guerra territorial tanto en Colombia como en Chile.
En el caso chileno, ambos grupos han establecido operaciones principalmente en Antofagasta, una región estratégica para el tráfico de drogas, donde se les atribuyen múltiples homicidios relacionados con disputas internas y control territorial. Sin embargo, su influencia también ha llegado a la Región Metropolitana, donde suministran drogas a microtraficantes, como los “narcozorrones” en comunas como Las Condes.
Un paso en la lucha contra el crimen organizado
La condena de los dos miembros de “Los Espartanos” representa un avance significativo en los esfuerzos de las autoridades chilenas para frenar la expansión del crimen organizado transnacional en el país. Sin embargo, el caso también pone de manifiesto el desafío de combatir las redes locales de microtráfico que, aunque menos violentas, alimentan una compleja cadena de narcotráfico que conecta directamente con organizaciones internacionales.
El fenómeno de los “narcozorrones” refleja cómo el narcotráfico no discrimina por clase social y cómo el consumo y la distribución de drogas se insertan incluso en los sectores más privilegiados de la sociedad. Esto plantea un desafío no solo para la seguridad pública, sino también para el desarrollo de políticas de prevención y educación en contextos socioeconómicos altos.
A medida que las investigaciones avanzan, las autoridades chilenas buscan desarticular por completo las operaciones de “Los Espartanos” en el país, al tiempo que se abre un debate sobre las responsabilidades individuales y estructurales en el auge del microtráfico en comunas acomodadas.